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AOSTA – Para escapar del gran calor a gran altura, Los íbices están cambiando sus hábitos:De animales diurnos se están volviendo cada vez más nocturnos. Una investigación de la Universidad de Ferrara muestra que el calentamiento global pone en riesgo a los ungulados, especialmente extendidos en los Alpes occidentales, que son más activos durante la noche como respuesta al calor, tanto en las zonas donde está presente el lobo, como en el Gran Nacional. Park Paradise, tanto en zonas donde el depredador aún no está allí, como en el Parque Nacional Suizo.Según los investigadores, “la necesidad de vivir en condiciones ideales desde el punto de vista térmico es más importante que el riesgo de ser presa"Y esto también podría significar que el cambio climático - a largo plazo - podría ser realmente peligroso no sólo para los íbices, sino también para otras especies que están mal adaptadas a temperaturas más altas.
¿VIVIR DE NOCHE?AUMENTA EL RIESGO DE DEPREDACIÓN
La respuesta del íbice, que con el clima más cálido se desplaza a zonas menos adecuadas para su vida, aumentando la actividad nocturna y asumiendo un mayor riesgo de depredación, según investigadores de la Universidad Estense "también podría ser implementado por otras especies típicamente diurnas".Los cambios implicarían un empeoramiento de las condiciones de vida y un mayor riesgo de depredación, porque estas especies han evolucionado para estar activas durante el día”.
El estudio, supervisado por el profesor Stefano Grignolio del Departamento de Ciencias de la Vida y Biotecnología, con la contribución de la Universidad de Sassari y las dos áreas protegidas del Valle de Aosta y Suiza, demostró que el aumento de la actividad nocturna en relación con la temperatura es similar tanto en hombres como en mujeres, aunque pesan aproximadamente la mitad que los machos y tienen cuernos claramente más pequeños, "se enfrentan a un mayor riesgo de depredación".
IBEX NOCTURNO, LO QUE CAMBIA PARA EL HOMBRE
Las consecuencias directas de la investigación, por ahora, son esencialmente dos.En primer lugar, “sy los animales cambian las horas del día en que están activos, será necesario revisar nuestras actividades de manejo de vida silvestre, por ejemplo los censos, porque durante las horas del día será más difícil encontrar y contar animales", explica la Universidad de Ferrara en una nota.Además, "Será fundamental reducir otras fuentes de estrés que podrían obligar aún más a los animales a estar menos activos durante el día..Por ejemplo, reduciendo la presencia de turistas en las zonas más frecuentadas por la cabra montesa o evitando que los helicópteros las sobrevuelen."“Nuestra investigación destaca Otra consecuencia del calentamiento global.– comenta el profesor Grignolio – lo que obligará a algunas especies diurnas a estar activas durante la noche, aceptando un aumento del riesgo de depredación.Las consecuencias finales de estos cambios en el comportamiento de las especies diurnas aún no son evidentes para nosotros Tendremos que entender si podrían poner en peligro la conservación de estas especies.“.