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ROMA – La montaña como dimensión natural de Italia, columna vertebral y corona del país.Un lugar de belleza y un tesoro de biodiversidad, patrimonio único de nuestro país.Pero la montaña también como sujeto natural y social ante la emergencia climática en curso y sus consecuencias y los fenómenos sociales de la despoblación.Por estas y otras razones, "el tema que nos ocupa es de extrema actualidad y urgencia, y lo abordamos con la atención de una gran asociación que tiene 160 años de historia y que debe preguntarse cómo intervenir para revertir la situación tendencia a la degradación del medio ambiente". Antonio Montani, presidente del Cai-Club Alpino Italiano, lo explica en una entrevista con Dire.La ocasión es la 101. Congreso nacional del CAI que se celebrará mañana (sábado 25 de noviembre) y domingo (26 de noviembre) en el Teatro Italia de Roma (vía Bari 18).“El capital natural es uno de los tres pilares de la sostenibilidad, siendo los otros las actividades sociales y económicas - explica Montani - por eso quisimos distinguir entre capital natural, la asistencia, que es nuestro objeto social, la asistencia también por diversión pero con atención, y por fin las políticas para la montaña".
Y sobre este último punto, el de las políticas de montaña, “Elegimos Roma como sede del congreso para hablar también con las instituciones”. Instituciones involucradas partiendo de Daniela Santanché, Ministra de Turismo, y Gilberto Pichetto Fratin, Ministro de Ambiente y Seguridad Energética, quienes aportarán su aporte, así como otros exponentes de la política nacional.“Si miramos lo que podemos hacer, podemos ser un ejemplo para la política y tener la fuerza moral para pedir a la política que realice intervenciones importantes”, continúa Antonio Montani, presidente del Cai-Club Alpino Italiano.Por ejemplo, “Podemos invitar a un correcto acercamiento a la montaña, es necesario cambiar el paradigma, los métodos. Pensemos, por ejemplo, en poder llegar a la montaña con transporte público y no privado, prestando especial atención a la economía y a las poblaciones que viven en la montaña", afirma Montani.De hecho, subraya, "nunca debemos olvidar que la montaña italiana es una montaña antropizada que requiere la presencia del hombre para poder mantenerse" en buen estado.
La reflexión inevitablemente gira en torno a los recursos: ¿es este el punto débil de las políticas para las zonas montañosas?"Creo que en particular, se necesitan recursos morales más que económicos, y tener el coraje de tomar decisiones que tal vez no hayan sido del todo populares al principio pero que a medio plazo se convierten en realidad", afirma Montani.En cuanto a la política y su aporte, “en los últimos años hemos tenido un gran reconocimiento a la gran labor que hacen nuestros voluntarios, lo que esperamos es el apoyo a la montaña y la posibilidad de preservar esos recursos que tiene la montaña y que con el riesgo del cambio climático siendo saqueado."