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Desde hace setenta años, entre las estepas de Kazajstán los tigres no merodean.Ahora las autoridades locales están intentando reintroducirlos en una zona cercana al Lago Baljash, en la parte parte centro-oriental del país.De hecho, hasta el siglo pasado, en esa zona vivía gente tigres del caspio, también llamados tigres de Turan, que se extinguieron a mediados del siglo XX, cazados por el hombre que los veía como una amenaza para su propia seguridad y la de su ganado.El último ejemplar del tigre de Turan habría sido delicado en 1948.
Para traer a los gatos de regreso a esta zona, se importarán dos de los Países Bajos. tigres del Amur, un macho y una hembra, a los que se sumarán cuatro ejemplares más en 2025.La noticia fue anunciada el 23 de septiembre de 2024 por las autoridades kazajas.
Un viaje que duró más de 20 años
"Para Kazajstán, este no es sólo un proyecto importante desde el punto de vista ecológico, sino también un símbolo de los esfuerzos realizados para restaurar el patrimonio natural", afirmó el ministro kazajo de Ecología, Yerlan Nyssanbayev, explicando que la elección recayó en tigres de amur porque, al igual que los de Turan, están acostumbrados al clima frío.
El gobierno kazajo anunció su intención de reintroducir tigres en su territorio por primera vez en 2010.Ocho años después, con el apoyo de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se creó la reserva natural del estado de IleBaljash, destinado a convertirse en el futuro hábitat de estos animales.La reserva cubre miles de hectáreas de bosque cerca del lago. Baljash y alberga especies raras y animales en riesgo de extinción, como elantílope saiga (también llamado antílope estepario), el zorrillo jaspeado y el sirratte de Pallas, un ave originaria de Asia Central.
A partir de los tigres, la restauración de todo un ecosistema
Por el momento, los tigres se están adaptando en un recinto temporal ubicado cerca del área protegida, antes de ser trasladados a un espacio más grande.Sus descendientes vivirán en libertad en parque nacional, que, según estimaciones, podrá albergar hasta 100 tigres.
"La mejora de la alimentación natural y la lejanía de la reserva de los centros de población ayudarán a evitar conflictos entre tigres y humanos", dijo el Ministro Nyssanbayev.La principal fuente de alimento para los tigres serán los jabalíes y los antílopes, presentes en cantidades suficientes en el país.
La reintegración del tigre en Kazajstán sigue a la restauración de la población de saiga, considerada en alto riesgo de extinción hasta principios del siglo XXI.Hoy en día, gracias a algunos proyectos llevados a cabo por agencias gubernamentales locales y organizaciones internacionales, hay alrededor de dos millones de saigas en Kazajstán, frente a 39.000 ejemplares en 2005.