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Creativo y hermoso, sí.Pero sobre todo sostenible, como premisa sin la cual nada se sostiene:así debe ser la moda del presente y del futuro, en particular el apreciado Made in Italy.Es el mensaje que lleva Roberta Redaelli con su volumen que se titula precisamente Italia y moda.Creatividad, belleza, sostenibilidad., (editado por Koiné Nuove Edizioni) que ofrece una profunda reflexión sobre el futuro de la moda, un sector que emplea a alrededor de 75 millones de personas en todo el mundo y que por ello podría ser un verdadero motor de buenas prácticas sostenibles.El corazón del mensaje lanzado por el autor es claro, y desde las páginas del libro llegó también al Senado de la República, el lugar de las decisiones políticas que pueden marcar la diferencia, donde fue presentado el martes 22 de octubre:“La sostenibilidad en la moda no puede ser sólo una tendencia de la que hacer alarde, sino una revolución cultural que involucra a todos los protagonistas del sistema de la moda, desde las grandes marcas hasta los consumidores”.
Italia y la sostenibilidad en la moda
En su discurso, Redaelli subrayó cómo el consumidor es hoy una figura clave en la promoción del cambio:es él - somos nosotros - quien a través de sus propias elecciones puede orientar el mercado hacia una moda más ética y sostenible "El mercado nos ofrece lo que pedimos", explica Redaelli, subrayando la importancia de una moda. consumidor consciente, capaz de ejercer una presión positiva sobre las empresas para que adopten prácticas de producción más responsables.
Italia y moda, resultado de una tesis de maestría y de años de análisis y entrevistas con empresarios del distrito de Como, destaca por su enfoque mayéutico:una invitación constante al lector a reflexionar críticamente e interiorizar el fenómeno de la sostenibilidad."Sólo cambiando nuestro comportamiento podremos realmente cambiar las cosas", afirmó el autor, subrayando que es necesario un cambio de mentalidad no sólo por parte de las empresas, sino también por parte de los ciudadanos individuales.Quien, como afirman algunos de los entrevistados del siglo XVIIase historias revisados, pueden y deben transformarse en consumirAutores de una nueva moda.
También Simona Roveda, cofundadora de LifeGate, subrayó el papel crucial del consumidor en la transición hacia un modelo de moda más sostenible.“Hemos alcanzado niveles muy altos de insostenibilidad”, afirmó, pero lo que se desprende de los últimos datos Observatorio nacional sobre estilos de vida sostenibles comisariada por la red, un referente en sostenibilidad, “pero la buena noticia es que el 77 por ciento de los italianos hoy se declara involucrado en temas relacionados con la sustentabilidad, y la El 90 por ciento pide a las empresas que emprendan un camino virtuoso, incluso a costa de gastar más".Roveda reiteró que la sostenibilidad ya no es una opción, sino una tendencia en constante crecimiento, formada sobre todo por las nuevas generaciones.
El aspecto social y económico.
Entre los ponentes presentes, Marina Spadafora, fundador de Revolución de la moda, un movimiento nacido a raíz de Masacre de Rana plaza en Bangladesh que costó la vida a 1.130 trabajadores en 2013, reiteró que la sostenibilidad no es un lujo, sino una necesidad.“El mayor pecado del Made in Italy”, declaró, “fue trasladar la producción al extranjero, en busca de ganancias en detrimento de las personas y del planeta”.Efectivamente dejando solo uno de ellos en pie. Las 3P de ser sostenible.Spadafora destacó a continuación la importancia de garantizar salarios dignos también en el sector de la alta costura, citando la campaña "¿Quién hizo mi ropa?”, quien hizo mi ropa, lanzado por su organización para concienciar a los consumidores sobre quién trabaja detrás de la ropa que compramos.
Por tanto, todos están de acuerdo en un punto fundamental:La dimensión medioambiental es sólo uno de los aspectos de la sostenibilidad, que no puede estar completa sin también la dimensión social y económica.Stefania Ricci, directora de Museo y Fundación Ferragamo de Florencia, recordó cómo la histórica casa de moda italiana fue pionera en llevar la sostenibilidad al centro de su estrategia corporativa.“Hemos dado pasos importantes, pero se necesita una nueva mentalidad para cambiar realmente los procesos de producción”, afirmó.El mensaje final que se desprende del libro de Redaelli es que "la sostenibilidad no es una utopía, sino un acto de empatía hacia las personas y el territorio".como el dijo Andrea Taborelli, vicepresidente de Sistema moda Italia, "no puede haber sostenibilidad sin trazabilidad", subrayando la importancia de una producción transparente y responsable, capaz de proteger no sólo el medio ambiente, sino también a los trabajadores de la cadena de suministro.
Al final del encuentro, se lanzó con fuerza el llamamiento a una política más atenta a las necesidades del sector de la moda y de sus trabajadores, especialmente en lo que respecta a la protección de las nuevas generaciones y de las jóvenes empresas que intentan establecerse en un mundo cada vez más complejo, teniendo en cuenta la transparencia (empezando por el etiquetado) y los salarios adecuados:el punto de partida es el nuevo Reglamento europeo de ecodiseño, que interviene de forma más estricta en materia de durabilidad, reciclabilidad, prohibición de destrucción de artículos no vendidos y pasaporte digital.Pero además hay una llamada a la acción porque, más allá de las normas, concluyó Redaelli, "la sostenibilidad ya no puede ser considerada un adorno, sino que debe convertirse en el corazón de nuestras decisiones diarias".