2023 fue el año récord para el transporte aéreo.Pero el camino hacia la sostenibilidad aún es largo

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El sector de la aviación también tendrá que alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.¿Como?A través de una combinación de tres tecnologías diferentes:aviones eléctricos, hidrógeno y combustibles sostenibles.¿Dónde estamos?

«No en camino», no en el camino correcto.Este es el juicio de la Agencia Internacional de Energía sobre los esfuerzos realizados hasta ahora por gobiernos y empresas para reducir las emisiones de la aviación.En 2022, la aviación fue responsable de aproximadamente el 2,8% de las emisiones globales de CO2.Una cifra que, a fin de cuentas, podría parecer insignificante, pero no es así.La lucha contra el cambio climático pasa necesariamente por una reconversión de todos los sectores de la economía.Y la movilidad no está ciertamente excluida, al contrario.«Si la aeronáutica sólo representa el 3% de las emisiones, ¿por qué estamos tan agitados?», se pregunta Marcello Amato, director del Cira, el centro de investigación aeroespacial italiano.«La verdad – explica – es que el transporte terrestre se transformará mucho más rápido que el transporte aéreo.Como resultado, lo que hoy representa el 3% pasará a ser el 10, el 15 y quizás el 20%.Si nos quedamos quietos, nos convertiremos en los mayores contaminadores del mundo".

2023:el año récord del transporte aéreo

En 2019, el sector de la aviación emitió a la atmósfera más de 1.000 mega toneladas de dióxido de carbono.Después de una breve disminución registrada durante los años de la pandemia, las emisiones del transporte aéreo que modifican el clima han comenzado a crecer nuevamente desde 2022, al igual que el número total de pasajeros.Según algunas estimaciones, 2023 se cerrará con alrededor de 4.700 millones de personas transportadas (la cifra más alta jamás registrada) y los expertos coinciden en que esta cifra seguirá aumentando en los próximos años.Sin embargo, a largo plazo los objetivos medioambientales siguen siendo ambiciosos.A finales de 2022, los países de la Organización de Aviación Civil Internacional -la agencia de la ONU que se ocupa del transporte aéreo- se fijaron el objetivo de alcanzar emisiones netas cero para 2050.Pero hay un elemento que corre el riesgo de arruinar los planes:A diferencia de otros sectores, no existen tecnologías capaces de eliminar las emisiones que se producen hoy en día en vuelo.Por lo tanto, con toda probabilidad, el futuro del transporte aéreo pasará por una combinación de tres tecnologías diferentes:aviones eléctricos, aviones de hidrógeno y combustibles sostenibles.

Aviones eléctricos y de hidrógeno

Por el momento, la propulsión eléctrica se limita a aviones muy pequeños y de corto alcance.Para estas rutas, la industria espera llegar con vuelos propulsados ​​exclusivamente por baterías para 2035 pila de combustible, como ya ocurre con los coches.La ventaja de los aviones eléctricos es que no producen emisiones directas, son silenciosos y tienen costes de mantenimiento mucho más bajos que los aviones tradicionales.El problema, en todo caso, tiene que ver con la densidad energética y el peso de las baterías.Para los vuelos regionales, que transportan hasta 100 pasajeros, hablamos de aviones híbridos, es decir, con dos motores -uno eléctrico y otro de combustión- que colaboran entre sí.Para aviones de mayor tamaño entran en juego los llamados SAF, acrónimo de Combustibles de aviación sostenibles.Se trata de combustibles que se producen sin utilizar materias primas fósiles, como el petróleo o el gas natural.

Esta familia de combustibles ya se utiliza en muchos vuelos comerciales, mezclada con combustibles tradicionales y en porcentajes aún menores.El objetivo, a medio plazo, es sustituir los SAF por aviones de hidrógeno.Varias empresas han experimentado con motores de gran tamaño, pero todavía quedan algunas cuestiones por resolver.«Recientemente Rolls Royce hizo algunas pruebas en Alemania:en una semana de pruebas consumieron la mitad del hidrógeno disponible en todo el país", afirma Marcello Amato.El otro problema es de naturaleza infraestructural:de hecho, para propulsar aviones de hidrógeno será necesario dotar a los aeropuertos de estructuras para el transporte y almacenamiento de este vector energético.«El verdadero desafío del futuro será gestionar un sistema que ya no dependa de una única tecnología, sino que será inevitablemente más complejo y variado», especifica el gerente de Cira, que desarrolla diversas actividades en la sede de Capua (Caserta) investigación precisamente sobre la sostenibilidad del sector de la aviación.A nivel internacional, Airbus ha puesto el listón más alto que nadie para los aviones de hidrógeno.La compañía europea pretende volar los primeros aviones experimentales en 2027.

Dudas sobre el SAF

A la espera de que se perfeccionen los primeros aviones eléctricos y de hidrógeno, el sector de la aviación intenta reducir sus emisiones de otras formas, por ejemplo electrificando los vehículos terrestres en los aeropuertos y utilizando SAF.Precisamente estos últimos son vistos muy positivamente por las aerolíneas, porque pueden utilizarse en aviones existentes sin demasiadas dificultades.Sin embargo, mucha gente se pregunta si estos combustibles realmente pueden definirse como sostenibles.Actualmente, los SAF representan menos del 0,1% de los combustibles de aviación y se necesitarían enormes cantidades de terreno para satisfacer las necesidades de la industria.La caña de azúcar se cita a menudo entre las plantaciones más adecuadas para producir combustibles no fósiles.Un estudio publicado este año sobre Ciencia directa estima que para convertir el sector de vuelos regulares a SAF se necesitarían 1,25 millones de kilómetros cuadrados de plantaciones, aproximadamente cuatro veces la superficie de Italia.

La estrategia europea y los subsidios americanos

El objetivo marcado por la ONU es alcanzar cero emisiones netas para 2050.Para llegar allí, los países se están moviendo sin ningún orden en particular.Con la aprobación deLey de reducción de la inflación, Estados Unidos introdujo más de 3 mil millones de dólares en subvenciones y créditos fiscales en 2022 para estimular la producción y el consumo de combustibles de aviación sostenibles.El objetivo es producir 3 mil millones de galones por año para 2030 y 35 mil millones de galones por año para 2050.El Reino Unido también se ha fijado un objetivo bastante ambicioso, con la estrategia Jet Zero, que prevé alcanzar emisiones netas cero ya en 2040.El pasado mes de noviembre, la aerolínea británica Virgin Atlantic obtuvo el primer vuelo transatlántico propulsado íntegramente por combustible sostenible.La Unión Europea ha aprobado recientemente un nuevo reglamento que prevé el uso de al menos el 6% de SAF en los aeropuertos europeos de aquí a 2030 y el 70% de aquí a 2050.El programa europeo para descarbonizar la aviación cambia de nombre Aviación limpia y actualmente prevé inversiones de más de 4.000 millones de euros, de los cuales 1,7 serán asignados por las instituciones de la UE y el resto por empresas del sector.«La investigación es cara y requiere inversiones, pero la europea es un proyecto absolutamente concreto y viable – comenta Antonio Blandini, presidente de Cira -.En Italia, los principales líderes del mercado, empezando por Leonardo y Avio Aero, se están moviendo mucho."

Soluciones alternativas

Independientemente de cuál sea la mejor manera de lograr cero emisiones, el hecho es que con las tecnologías actuales parece poco probable que el transporte aéreo pueda volverse realmente sostenible en el corto plazo.Por eso algunos expertos sugieren otra solución:reducir la demanda.Francia, por ejemplo, ha prohibido los vuelos de corta distancia a destinos a los que se puede llegar fácilmente en tren, mientras que la Agencia Internacional de Energía propone una vía más cínica y pide a las aerolíneas que transfieran los costos (al menos en parte) a los consumidores de los proyectos de investigación.Al aumentar los precios de los vuelos, la demanda caería y las empresas podrían utilizar el aumento de ingresos para financiar las tecnologías más prometedoras y acelerar la transformación del sector.Sin embargo, de este modo se correría el riesgo de transformar el transporte aéreo en un servicio exclusivo al alcance de unos pocos.«Costes de sostenibilidad – explica Blandini -.El desafío no es sólo alcanzar los objetivos, sino también alcanzarlos económicamente.Estamos dándolo todo".

Foto de portada:EPA/Caroline Brehman | Un avión de Asiana Airlines aterriza en el aeropuerto de Los Ángeles (1 de diciembre de 2023)

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