Los vertidos de petróleo marino han disminuido más de un 90% en cincuenta años

Lindipendente

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En los últimos 50 años, los vertidos de petróleo de buques cisterna en el mar han disminuido en más de un 90%.Desde los picos de los años 70, período en el que los grandes vertidos de petróleo en el mar se producían hasta una vez cada casi tres días, los problemas relacionados con las catástrofes petroleras han disminuido drásticamente, hasta el punto de que en 2023 se produjeron sólo un caso de un gran derrame.Además, los datos de 2023 no son un mero caso aislado, sino que se inscriben en una tendencia general de contención del fenómeno que se viene produciendo desde hace décadas y que desde finales de principios de los años 2000 nunca ha visto el número de medias y grandes vertidos. alcanzar cifras dobles.Este resultado fue posible gracias a las políticas internacionales y al avance científico, que propició la implementación de plantas petroleras y buques de carga que hicieron más eficientes los sistemas de transporte y almacenamiento, haciéndolos también más seguro.

Los datos relativos a los derrames de petróleo a bordo de buques petroleros son proporcionados por Federación Internacional de Contaminación de Propietarios de Petroleros (ITOPF), que publica cada año un informe sobre el tema.Los datos de ITOPF reportan la ubicación y causas de los accidentes, los buques involucrados y el tipo de derrame ocurrido, catalogados en función de la cantidad de petróleo vertido al mar.Como se indica en el informe, los derrames se clasifican “por razones históricas” en diferentes soportes de cantidad, que van desde "pequeños derrames" de menos de 7 toneladas, hasta "derrames medianos" de hasta 700 toneladas y hasta "grandes derrames" de 700 toneladas y más.Como era de esperar, la mayoría de los accidentes corresponden a derrames pequeños, y los casos de fugas grandes y medianas casi han desaparecido.En concreto, ocurrieron en 2023. sólo un derrame grande y nueve derrames medianos y en general parece que se perdieron 2.000 toneladas de petróleo en el mar, frente a las 15.000 de 2022.Este descenso confirma una tendencia que se viene manteniendo desde hace años y que desde 2008 ha supuesto un número de vertidos medianos y grandes inferiores a 10 accidentes al año, frente a los centenares que se produjeron en los años 1970.De hecho, la década de 1970 fue el período en el que la cantidad de petróleo que acabó en el mar alcanzó su punto máximo.El año con mayor número de derrames fue 1974 con 27 grandes derrames y 90 medianos para un total de 174.000 toneladas de petróleo, mientras que el año que registró el derrame más grave fue 1979 con sus 636.000 toneladas de petróleo perdidas en el mar.El único caso de mayor pérdida jamás ocurrido se produjo en 1979 y afectó al barco Atlantic Express, que debido al accidente liberó 287.000 toneladas de petróleo en las aguas.

Las razones detrás de esta enorme caída de los vertidos de petróleo en el mar son de múltiple naturaleza y van desde cuestiones de mejoras técnicas y de infraestructuras hasta otras que pueden considerarse en cierto sentido de carácter político.Desde el punto de vista de mejoras técnicas, una de las principales causas de la reducción de los accidentes petroleros fue la introducción del doble casco, un método de construcción del casco que implica la construcción de dos capas diferentes de superficie estanca para aumentar la seguridad;Otras mejoras técnicas fueron la introducción -y evolución a lo largo de los años- del GPS y en general la implementación de sistemas de orientación, los distintos seguimientos de rutas marítimas y otros métodos constructivos innovadores.En lo que respecta a la lado administrativo, sin embargo, un primer hito fue la Convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques (MARPOL) se firmó en 1973 precisamente para hacer frente al creciente problema de los desastres petroleros en aquel momento.El convenio MARPOL regula las normas para la prevención y gestión de desastres ambientales, que deben cumplir los Estados y los buques que enarbolan su pabellón cuando navegan por las aguas.En Estados Unidos, al convenio MARPOL le siguió elLey de contaminación por petróleo de 1990, que restringe los requisitos de los petroleros para la navegación en aguas nacionales, y que según diversos estudios Se descubrió que era “un factor importante para reducir el número de derrames”.

Reducir los derrames de petróleo en aguas marítimas es sin duda un gran paso adelante en la reducción de la contaminación por petróleo. pero no es suficiente.De hecho, aunque la seguridad en el transporte marítimo ha aumentado significativamente, los accidentes no dejan de suceder y sus consecuencias siguen siendo desastrosas en cualquier caso;sin considerar que el impacto ambiental de los hidrocarburos no se deriva sólo de su posible dispersión en el ecosistema, sino de su propio uso, que en el caso de comercio marítimo es de enormes proporciones y muestra cada vez más la necesidad de repensarlo.En general, en definitiva, la gestión y seguridad del transporte de sustancias nocivas para el medio ambiente es ciertamente de fundamental importancia, pero debería ir acompañada de un replanteamiento estructural que actúe en la raíz del problema y afecte también a su uso.

[por Darío Lucisano]

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