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En algunos aspectos, durante los últimos treinta años nuestras ciudades, además de crecer y acoger cada vez a más personas, han mostrado signos de mejora:en promedio, por ejemplo, creció el tasa de recogida selectiva de residuos (del 4,4% en promedio en 1994 al 62,7% en 2022) y el número y kilómetros de carriles bici (de una media de 0,16 millones de equivalentes/100 habitantes en 1998 a una media de 10,59 millones de equivalentes/100 habitantes en 2022).Sin embargo, los avances son demasiado pequeños, lentos e inconsistentes, lo que los obliga, entre otras cosas, a hacer un slalom entre retrasos e intervenciones con un comportamiento estancado.Obstáculos que no nos permiten volver a liberarnos -o al menos debilitar- a aquellos emergencias urbanas que tenemos que afrontar todos los días:smog, transporte, desperdicio de agua y cantidad de automóviles en circulación.Cuestiones que, según Legambiente, siguen siendo las más críticas de abordar.
La tasa media de motorización de las capitales italianas se mantiene sin cambios respecto a hace treinta años. confirmándose entre los más altos de Europa (66,6 coches por cada 100 habitantes).Incluso si la eliminación se gestiona mejor, es preocupante que la producción total de residuos haya aumentado, pasando de un promedio per cápita de 455 kg/año en 1994 a 516 kg/año en 2022.Las cosas no van mejor para el transporte público, todavía demasiado lejos de la media europea:pasó de 97 viajes per cápita por año en 1995 a 65 viajes per cápita al año en 2022.Esto se debe en parte a la ineficiencia y falta de capilaridad del servicio.
Además de tener en cuenta la media italiana, los datos contenidos en el informe Ecosistema Urbano 2023 de Legambiente fueron recopilados y divididos por los municipios capitales del país:el resultado es un ranking que, teniendo en cuenta diecinueve parámetros, cataloga los mejores (a partir de una puntuación máxima de 100) y los peores desempeños ambientales de nuestro país, en función de objetivos de sostenibilidad.Aclaremos de inmediato:la puntuación media de las capitales se sitúa en el 56,41% e Ninguna ciudad ha alcanzado la marca de 100.Pero, a diferencia de la última edición, donde ninguna ciudad logró superar siquiera los 80 puntos, este año tres lo lograron:Trento, Mantua, Pordenone.
Trento, En concreto, subió al escalón más alto del podio, pero no es ajena a lo más alto de la clasificación, ya que el año pasado ya había quedado segunda.La capital trentina ha mantenido un buen nivel de calidad del aire, mejorando ligeramente en los promedios de dióxido de nitrógeno y manteniéndose dentro de los límites de material particulado (tanto el PM10 y PM2.5).El consumo de agua también se ha reducido (de nuevo), pasando de los 149,7 litros per cápita y día del año pasado a los 147,4 actuales (casi cuatro menos que hace dos ediciones).Y la producción total de residuos desciende ligeramente (de 454 kg/habitante/año a los 446 actuales), al igual que mejora, aunque ligeramente, el porcentaje de residuos recogidos de forma selectiva.
En segundo lugar se encuentra Mantua, que ha bajado los valores medios de dióxido de nitrógeno (de 23 a 21,7 microgramos/m3) y produjo menos residuos, eliminando más de forma diferenciada (de 83,2% a 84,8%).Nota de mérito también para el transporte público, que ha duplicado sus pasajeros (de 36 viajes/habitante al año a los 66 actuales), la cantidad de suelo destinado a peatones, que se sitúa en 90,8 metros cuadrados por 100 habitantes y los metros cuadrados por 100 habitantes de las zonas de tránsito limitado (1.729,5 m2/100 habitantes), que le otorgan el primer puesto en el ranking específico de la categoría.
Tercera posición para Pordenone, que mejora el consumo de agua (de 175,6 a 161,2 litros per cápita y día), desperdicia cada vez menos agua (las fugas de la red de agua han bajado al 9,9%) y produce menos residuos (de 520 kg por habitante a 493).Y aunque sea ligeramente, la ciudad también ha registrado una mejora en la infraestructura para bicicletas, que pasó de 18,06 metros equivalentes por cada 100 habitantes a los 19,11 actuales.
Para encontrar una ciudad en el Sur tienes que desplazarte hasta el séptimo lugar, donde se encuentra Cosenza.En cuanto a las islas, Cagliari ocupa el decimosexto lugar, Oristano el vigésimo segundo y Agrigento el septuagésimo segundo.
Sin embargo, muchos de los de la zona ocupan las zonas más bajas del ranking y llevan tiempo sin poder revertir la tendencia.En concreto, los tres últimos son todos sicilianos:Caltanissetta, Catania y Palermo, penalizados sobre todo por el falta de datos disponibles.
Aunque no se encuentran en los últimos escalones de la lista general, las grandes metrópolis también resultaron estar en problemas: grandes problemas de smog y altas concentraciones de dióxido de nitrógeno para Turín, Milán, Bolonia o Florencia, la dificultad para gestionar el tráfico y hacer despegar el transporte público en Catania (que tiene 78 coches por cada 100 habitantes y realiza sólo 9 viajes per cápita al año en el servicio de transporte público) y Roma, la mala gestión de los residuos en Palermo (con un 16,3 % de recogida de residuos), Catania, Venecia, Florencia y Roma, y grandes residuos de agua potable para Florencia, Catania y Bari.Luego deben ser reportados enorme consumo de tierra de Venecia y la limitada difusión de sistemas solares térmicos y fotovoltaicos en Nápoles, Palermo, Turín y Roma.
Condiciones bastante críticas, que según Legambiente sólo pueden mejorar si se da continuidad a las intervenciones y sevisión estratégica capaz de orientar las opciones, una sala de control "urbana" que incluya al Gobierno, a los alcaldes y a los representantes cívicos", todo ello en consonancia con las necesidades de todo el país.
[por Gloria Ferrari]